sábado, 14 de abril de 2018

NUESTRO REFUGIO EN EL AGUA DE VIDA ETERNA






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TEMA: MI HABITAR, LECTURAS 1-4

A continuación la lectura 1 de 4.

LECTURA 1
Cuando el Salmista David, compara su sed de Dios, como la de un ciervo, en Salmos 42:1-2, no es una comparación tan a la ligera; este animal es muy astuto y muy ágil, en su habitad “las montañas”, tiene que convivir con muchos de sus depredadores. Pero cuando llega el verano, el ciervo tiene que enfrentarse a su mayor problema, “su sudor”, y el olor que despide lo delata ante sus depredadores, por tal razón tiene que encontrar desesperadamente un río donde bañarse y estar limpio de su sudor y olor.

¡Como tiene sentido ahora esta palabra!
Nuestra relación con Dios es nuestro habitar, su palabra nos dice que Jesucristo es la fuente de agua viva. En Juan 4:14 dice: “Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. Esa agua gratuita la obtuvimos por su sangre preciosa derramada por cada uno de nosotros, de tal manera que nos dice en Isaías 55:1 “A todos los sedientos: Venid a las aguas” y en Apocalipsis 22:17b “y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.

Basta con una decisión de llegar a la fuente de vida eterna.
Muchas veces, podemos sentir que estamos en desiertos, y no encontramos esa fuente de agua que nos llena de vida, solo basta que nos refugiemos en Dios y como el ciervo bramemos, porque él ha prometido no desampararnos. Isaías 41-17-18 nos confirma lo siguiente: “Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé. En las alturas abriré ríos y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca.

Como nuestro cuerpo necesita de agua día a día para sobrevivir y mantenernos saludables, ya que estamos compuestos por un 60% de líquidos, así nuestro ser espiritual necesita de esa fuente inagotable de agua para vida eterna. Juan 7:37b-38 “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua vida.

Ministerio de Enseñanza
CCJP

Oremos:
Señor, me humillo ante ti porque quiero ser uno contigo, te pido que me acerques cada día a tu presencia, en el nombre de Jesucristo. Amén.

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