La respuesta son ambas, con la diferencia que muchas personas, solo buscan la primera opción, pero no se dan cuenta que al buscar reposar en Dios, él se encargará de darnos reposo de nuestros problemas (Hebreos 4:9-11).
La palabra hebrea taanug, se traduce como delicias, deleite, deleites, delicadeza, lujo, deleite exquisito. Y si deleitarse significa “producir un placer”, entonces es lo que todos deberíamos desear. En el deleite se encuentra la esencia del reposo que viene de Jesucristo, nosotros debemos poner de nuestra parte una búsqueda desesperada de Dios hasta encontrarlo, y una vez encontrado, inmediatamente viene el deleite que nos dará el descanso y no solamente eso, la recompensa va más allá, porque nos promete el placer de deleitarnos en Él y a cambio de esto, conceder las peticiones de cada corazón, que lo busca de verdad (Salmos 37:4, Jeremías 29:13).
Cuando nos encontramos en esa hermosa presencia de Dios, no nos queremos ir, esto sucede porque nos envuelve el Espíritu Santo, viniendo a nosotros palabras desde lo más profundo de nuestro corazón, para exaltar y alabar el nombre de Dios (Juan 4:23-24). Ahí podemos también escuchar la voz de Dios.
Para entrar en el reposo de todo, tenemos que aprender a deleitarnos en la presencia de Dios cada día.
Oremos:
Señor, solo te puedo decir aquí estoy, entregado a ti, toma todo mi ser, límpiame, cautívame, porque quiero entrar por tus atrios hasta encontrarte y nunca separarme de ti. ¿A dónde podré ir de tu Espíritu y adónde podré huir de tu presencia? Estoy maravillado de tu habitación, de tu lugar santo, por eso me postro ante ti, porque sé que sabes que eres mi deleite y mi corazón rebosa de amor por ti. Amén.
Te dejamos con el video musical
Eres mi Deleite (Eclipse Rock y Marcos Brunet)
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